17. 553 kilómetros
Como me imaginaba, llegué hasta el extremo de la insistencia. La última vez encontré unas cuantas excusas para volver a fallar y pensé que no habría otra oportunidad. Ahora llega. Sin embargo, hoy me he dado cuenta de que he traspasado ese punto. Que en este nuevo viaje estoy realmente solo y la ilusión ha muerto. En el territorio exclusivo de mis ideas, los que hoy me circundan sobran y yo sobro para ellos. Lo cierto es que no busco ni propongo verdades. Considero, desde hace mucho, que alguien está sobredeterminado por su intuición. El tiempo que persiste en el mismo lugar, lejos de vertebrarse como un espacio de orden y cambio, es una jungla que amenaza con la nostalgia del pasado y con la rutina del presente. Con las mismas palabras y las mismas acciones. La incertidumbre me llama. El riesgo siempre inaugura el día cuando rompes la más larga de las pausas. La paradójica certeza de la inseguridad. Sumergido en el magma del no saber, ajeno por completo a toda regularidad,...